CAPITULO 5:
- Date vuelta. – dijo en voz baja. Cuando me di vuelta estaba Tom en la puerta y Nick mirándolo con celos en los ojos.
- Tom, ¿que haces acá? - le pregunté asustada, porque nunca esperé que esto pasara.
- Vine a buscarte, es mi última noche en la ciudad y no quiero pasarla con nadie más que contigo. – Dijo Tom, mientras yo rogaba que se refiriera a ir al cine o pasear por ahí y no lo que yo pensaba.
- Pero ella está conmigo ahora, no se si te diste cuenta – dijo Nick con celos en su voz.
- Si, pero yo la invité a salir primero, así que ponte a la fila niño. – dijo Tom con voz desafiante.
- ¿Perdón? Andrea está conmigo ahora, así que parece que el “niño” te ganó. – dijo Nick en un tono de burla.
- ¡CHICOS! – Grité – no hay necesidad de empezar a pelear. Miren, ambos son mis mayores amores platónicos y esto es algo así como un sueño para mi, así que les pediría que no lo arruinen peleando. – les dije con voz firme, aunque por dentro estaba temblando. – Nick, Tom tiene razón, él me invitó primero, pero le dije que no porque tenía el concierto. Y Tom, Nick tiene razón, estoy con él ahora, así que por favor espera a que salga y después me junto contigo, lo juro, si solo son las 19.30 ya que el concierto fue temprano.
Tom y Nick se miraron con cara de pocos amigos con mi idea, por lo que les dije: Saben que más, me voy. Llamaré a mis amigas y me voy. No tengo porque estar soportando sus malas caras. ¡ME VOY!
Después de eso salí corriendo mientras marcaba el número de Dani para preguntarle donde estaban.
- ¿Aló? ¿Andre donde estas? – me preguntó
- Estoy yendo hacia la salida del lugar. ¿Dónde están? – le pregunté llorando.
- ¿Estás llorando? – me preguntó preocupada de lo que había pasado.
- Después te cuento, ahora dime donde están. – le dije, tratando de dejar de llorar, aunque sabía que eso iba a ser imposible.
- Estamos en la salida. Ven lo más rápido que puedas, la mamá de la Anto está aquí esperándote.
- Ok, voy corriendo. – le dije y colgué el teléfono. Me sentía mal, me sentía perdida, me sentía tonta. Tenía muchos sentimientos encontrados. Corrí lo más rápido que pude tratando de no pensar en nada y tratando de secarme las lágrimas para no preocupar a la mamá de Anto.
Cuando llegué al auto, tenía los ojos rojos y no podía dejar de llorar por más que lo intentara. Anto me ofreció, y a Dani también, a quedarme a dormir en su casa para que pudiéramos estar todas juntas y así yo poder desahogarme. Yo acepté y llamé a mi mamá. Traté de disimular que estaba llorando, pero igual notó algo así que cuando me preguntó si estaba bien solamente le dije que había quedado sin voz después del concierto y ella me creyó.
Cuando llegamos a la casa de Anto fuimos a su pieza y nos encerramos.
- OK, ¿que pasó amiga? – me preguntó Dani.
- Si, ¿Por qué quedaste así? ¿Qué hizo Nick? – me preguntó Anto realmente preocupada por mi.
- No fue solo Nick el que hizo algo. – dije con la poca voz que tenía – Tom se metió a los camarines y nos interrumpió. Luego los dos empezaron a pelear y yo les pedí que pararan. Les dije que ambos eran mis mayores amores platónicos y que era como un sueño para mí y les pedí que por favor no pelearan. Le expliqué a Nick que Tom me invitó a salir primero y que le dije que no por el concierto y a Tom le dije que estaba hablando con Nick y que saldría con él pero que me esperara afuera. Ambos se miraron con cara de odio hacia el otro y fue cuando exploté y les dije que me iba porque no quería estar viendo sus malas caras. Salí corriendo de ahí y las llamé.
- No puedo creerlo. Amiga, ¿y que piensas ahora? – me preguntó Dani
- Me siento una tonta por gritarles, porque ambos son un sueño para mí y ahora quizás lo arruiné todo. Además me siento arrepentida por empezar y coquetear con ambos. Debería haber actuado como una fan normal y solamente haberles pedido un autógrafo. Y me siento alagada porque ambos se fijaron en mí.
- Dios amiga, no te mortifiques, no es tu culpa. Nada de esto es tu culpa – me dijo Anto.
En ese segundo empezó a sonar mi celular. Primero pensé que era mi mamá para ver si de verdad estábamos en la casa de la Anto, pero luego me di cuenta que el número que llamaba era el celular de la Anto.
- Anto, ¿por qué me estás llamando? – le pregunté.
- No te estoy llamando. ¡UPS! – dijo con voz de urgida.
- ¿Qué? – le pregunté.
- Tom se quedó con mi celular. Me lo pidió para supuestamente llamar a Bill y parece que hay fue cuando te buscó y nunca me devolvió mi celular. – me respondió con cara de arrepentida porque sabía que esto no arreglaría las cosas.
- ¿Qué hago? ¿Contesto o no? – les pregunté a mis amigas, que no sabían que hacer tampoco. Dejé que el teléfono sonara hasta que Tom cortara, pero me llamó otras tres veces. A la cuarta llamada decidí contestar. - ¿Aló? – dije tratando de sonar normal y puse el teléfono en altavoz.
- ¿Aló Andrea? Soy yo Tom. – sonaba arrepentido, como si quisiera disculparse.
- Si, si se – le dije fríamente. - ¿Qué quieres?
- Solamente llamaba para decirte que lamento haberme comportado así. Debí haber salido y esperarte como me pediste y ahora estarías conmigo. – dijo con voz de arrepentido, lo que me derritió, y aunque traté de no demostrarlo dije:
- ¿Dónde estás?
- En el hotel, haciendo las maletas. – dijo con voz apenada.
- ¿A qué hora se van mañana? – pregunté tratando de sonar como que no me interesara, aunque por dentro estaba muriendo de pena por no poder verlo.
- Nos vamos en la tarde, como a las 19.00 horas. – Dijo - ¿por qué preguntas? – preguntó con voz casi esperanzada por como la respuesta iba a sonar.
- Emmm… no, por nada… - dije tratando de no sonar como que lo quería ver. –Oye, me tengo que ir. La batería de mi celular esta acabándose – dije, obviamente era mentira, pero necesitaba colgar el teléfono. – Adiós Tom.
- Adiós – dijo con voz apenada, una voz que ya había aprendido a reconocer.
Lo siguiente que hice fue colgar y una lágrima cayó por mi mejilla. Por alguna extraña razón hablar con Tom me recordó a Nick, el pobre ni siquiera tenía la culpa de lo que había pasado y yo le grité.
- Andre, olvídate de lo que acabas de hablar con Tom. Esto te está haciendo mal. - me dijo Anto con voz preocupada. Yo estaba agradecida por las amigas que tengo.
- Si, ya se, pero no me lo puedo sacar de la cabeza, ni a Nick. – dije, casi llorando.
- Ya, no te preocupes por eso. Vamos a comprar pizza y ver unas películas para que te despejes. Y nada de películas románticas, si no de comedia. O la que tú quieras. – dijo Dani.
Llamamos por teléfono y pedimos dos pizzas grandes para nosotras tres. También arrendamos unas películas por Internet. Lo mejor es que te las llevan a la casa. Arrendamos Supercool, Scary Movie 1 y El Diablo Viste A La Moda.
Media hora después de pedir la pizza, sonó el timbre. La mamá de Anto fue a abrir, pero se llevó una gran sorpresa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario